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Yo Soy Tú

El papel de crítico

El papel de crítico

También adoptas el papel de crítico constantemente.

Recuerda que el plan del ego es que todo el mundo debe cambiar, menos tú.

Al criticar estás juzgando, y el juicio implica la creencia de bien y mal.

El ego también ve cosas buenas, pero siempre añade un aspecto ilusorio, pretendiendo así confundir lo que es real de lo que no.

Cada vez que juzgas a tu hermano estás respondiendo a la voz del ego.

Recuerda que estás criticando lo que hace su cuerpo, su apariencia.

Y eso se convierte en un velo que entorpece tu visión, como una nube, que te impide ver la luz que mora en él.

Es en la luz que podrás ver la verdad.

Estás viendo un reflejo de lo que crees malo, proyectado en otro cuerpo. 

¿Cómo podrías advertir cierto aspecto que consideras negativo en alguien, si no estuviera ya presente en tu mente?

Permítete contemplar a tu salvador a través del hermano que condenas, que te muestra cómo has condenado al mundo que ves.

Que te muestra todo lo que haces para intentar cambiar todo, antes que a ti.

Así lo que consideras tu enemigo, se convierte en tu salvador.

Sólo así recuperarás tu visión inocente, limpia de toda condena.

El papel de desconocido

El papel de desconocido

Cuántas veces has sentido perfectamente el falso papel de desconocido que interpretas.

Eliges ir de desconocido en presencia de desconocidos, porque así es como te ha "funcionado" hasta ahora.

Así es como proteges ese armazón exterior, esa apariencia, que crees ser tú.

Te crees tu cuerpo y las emociones que siente como tu Ser.

Levantas un velo de resentimiento y protección y eso te impide ver a tus hermanos tal como son.

Te impide ver más allá de su apariencia, de su cuerpo, de su actitud.

Cada cosa que criticas u odias de tus hermanos se basa en lo que hace su cuerpo, no en lo que es verdaderamente.

Tu identificación con el cuerpo es tal que te has olvidado de Quién Eres en realidad.

¿Cuántas veces has deseado abrir tu corazón a un "desconocido" o alguien que "conoces", pero lo que crees tu personalidad te impide hacerlo?

Hacer eso no estaría de acuerdo con la imagen que tienes de ti.

Podría peligrar esa imagen, y eso sería rechazar el consejo del ego, que dice: "protégete de todo".

Siguiendo ese consejo tu apariencia externa se ha encarcarado, entumecido, y ya no te permites ser Quien Eres.

La enfermedad y el cuerpo

La enfermedad y el cuerpo

Te crees que el cuerpo te ata, que enferma, y que actúa por cuenta propia.

Pero el cuerpo no refleja más que lo que hay en la mente.

Eso se comprueba en ciertas terapias basadas en la energía.

Y también en las terapias que actúan sobre la mente.

El ego se vale de las aparentes enfermedades y de la aparente autonomía del cuerpo, para "demostrar" tu debilidad, tu vulnerabilidad y tu impotencia.

De esa manera estás siempre pendiente del cuerpo, cuidándolo, protegiéndolo.

Así se fortalece la creencia y convicción de que eres tu cuerpo, y al mismo tiempo, de que eres débil y vulnerable.

El cuerpo es el eje central de la ilusión de la que se vale el ego para desviar tu atención del verdadero origen de la enfermedad.

Para proteger tu cuerpo sigues leyes ilusorias basadas en rituales que no sirven para nada.

Das poder a una píldora, a una nutrición, a un trato social con transacciones emocionales, o a un resentimiento "justificado" para protegerte.

Esas cadenas con tu cuerpo no son reales, pero puedes creer que sí, y así la ilusión permanece.

La dinámica del ego: parte I

La dinámica del ego: parte I

El objetivo del ego es la plena autonomía.

Es un objetivo absurdo, pues en una realidad donde todo está conectado, lucha por independizarse. 

Para conseguirlo ha creado el sentido de separación de todo lo demás. 

La barrera de separación es siempre alguna forma del  miedo, y el miedo no es nada. 

Si miras al miedo no verás nada, así que no tengas miedo de mirar al miedo. 

El ego trata de que no sepas que a lo que temes, en realidad, es a él. 

Pues si te dieras cuenta, pondrías en peligro su existencia, pues le abandonarías de inmediato.

El ego ha procurado muy bien alterar la percepción para que sólo percibas la obscuridad. 

Ha fragmentado la percepción de la realidad en diminutas piezas para que parezca no tener coherencia. 

Y se empeña continuamente en demostrarte esa incoherencia. 

Te muestra constantemente lo que él considera como errores, y así justifica sus juicios.

La visión global es la única que puede dar sentido a la realidad que ahora no ves. 

La realidad no se empeña en demostrar nada. 

Sólo espera con una paciencia infinita que abras los ojos a ella. 

Sólo espera que elijas ver la luz en todo, en lugar de obscuridad. 

Un Curso de Milagros

Un Curso de Milagros

Un Curso de Milagros es un programa de entrenamiento mental.

Si el mundo que ves es un reflejo de lo que está en tu mente, tú puedes cambiar el mundo, cambiando tu mente.

Habéis visto en artículos previos unas pinceladas de lo que consta el curso.

Incluso algún fragmento del manual de ejercicios.

Pero no es nada comparado con la realidad del curso.

No es nada que uno se pueda imaginar.

A medida que voy haciendo el curso, voy escribiendo para extender la luz.

Pero ahora me siento algo confuso respecto a todo, y respecto a escribir sobre algo que verdaderamente no sé cómo afrontar.

Pues hasta que deje a un lado toda idea o creencia, no podré aprender qué es la salvación.

Si oigo mis pensamientos en la cabeza, ¿cómo puedo saber si escucho mi propia voz, o la Voz que guía?

El plan de salvación del ego

El plan de salvación del ego

Extracto de Un Curso de Milagros:

Abrigar resenti­mientos es olvidarte de quien eres.

Abrigar resentimientos es verte a ti mismo como un cuerpo.

La salvación es liberarte de toda ilusión.

El ego también te ofrece su versión de la salvación.

El plan del ego para la salvación se basa en abrigar resentimien­tos.

Mantiene que, si tal persona actuara o hablara de otra manera, o si tal o cual acontecimiento o circunstancia externa cambiase, tú te salvarías.

De este modo, la fuente de la salvación se percibe constantemente como algo externo a ti.

Cada resenti­miento que abrigas es una declaración y una aseveración en la que crees, que reza así: "Si esto fuese diferente, yo me salvaría".

El cambio de mentalidad necesario para la salvación, por lo tanto, se lo exiges a todo el mundo y a todas las cosas excepto a ti mismo.

El papel de tu mente en este plan consiste, pues, en determinar qué es lo que tiene que cambiar -a excepción de ella misma­- para que tú te puedas salvar.

Tal es el plan del ego para tu salvación.

Seguramente habrás notado que está completamente de acuerdo con la doctrina básica del ego que reza: "Busca, pero no halles".

La salvación: preludio

La salvación: preludio

¿De qué has de salvarte, sino, de tus ilusiones?

Tus ilusiones engendran temor, caos, e inseguridad.

Porque están basadas en un concepto demente del mundo.

Y lo demente no es confiable, porque es impredecible, no sabes cual va a ser su próxima locura.

¿Cómo puedes sentirte seguro, ante esta visión demente del mundo?

Ves un mundo caótico, regido por la impredecibilidad.

Esa visión te mantiene alerta constantemente y no te deja sentirte confiado, protegido y en paz.

Al sentirte inseguro y desprotegido siempre estás listo para defenderte como un animal herido.

Y tu defensa consiste en un buen ataque.

Esa es la lógica que sigues para justificar tu resentimiento hacia lo que ves.

Las ilusiones te impiden ver la realidad tal como es.

La realidad es segura, y no engendra temor.

La culpa

La culpa

Has juzgado al mundo, pero tu juicio no significa nada.

El bien y el mal son los baremos de tu juicio.

La culpa se basa en cumplir tus propios preceptos inventados.

Te sientes culpable si no sigues tus propias leyes dementes.

Tu juicio sobre el mundo es variable, cambia constantemente.

Hoy esto es malo, mañana no lo es, y al otro vuelve a serlo.

¿Cómo puede tener coherencia algo tan variable y errático?

Ya que crees en tu sistema de leyes inventadas, lo justificas con perseverancia.

Aplicas tus propias leyes inventadas según tu conveniencia.

¿Con todo esto, por qué sigues creyéndote culpable ante tu propio juicio demente?

La demencia sólo trae confusión, caos; no trae Ley ni Orden. 

Tú mismo te condenas ante ti mismo, porque tú has inventado la culpa.

Cuando dejes de acusarte, recordarás tu inocencia. 

La búsqueda del amor: los símbolos

La búsqueda del amor: los símbolos

La creencia de separación te hace sentirte solo, por eso buscas a fuera de ti lo que te complementa.

Esa completud es inalcanzable mientras pienses que estás separado de tu fuente.

En ciertos momentos puedes pensar que alguien a quien dices que amas, te hace sentir el amor.

Cuando te sientes amado y protegido, te permites manifestar una chispa de tu real Ser.

No está fuera lo que buscas.

Has clasificado el mundo como objetos con vida animada y no animada.

De esos objetos dices que extraes satisfacción, y amor.

En este teatro que interpretas, te permites sentir tu fuente en presencia de algunos símbolos a los que has dado valor.

El símbolo de la pareja o de la chispa en el enamoramiento te permite creerte brevemente que estás de nuevo en el Hogar.

Internamente esos momentos son duros de combatir para la parte de ti que necesita odiar el mundo.

Cuando flaquea la energía del símbolo, pues no deja de ser ilusión, vuelves a tu estado de odio constante.

Y por ello crees que necesitas de nuevo el símbolo.

Mientras no encuentres la verdadera fuente del amor, seguirás en esa cruzada de ilusiones.

La carga del pasado

La carga del pasado

Lo que piensas de ti no existe, más que en tu mente.

Tus pensamientos acerca de ti sustentan un pasado imaginario.

Te propongo un corto ejercicio. 

¿Dónde está el momento justo antes de ahora?

Búscalo. Míralo. Cázalo.

Sigues creyendo que tú eres una colección de recuerdos.

Si ves un álbum de cuando eras pequeño, tienes que hacer un  ejercicio de asociación.

Al mirar las imágenes del álbum las asocias a tu identidad.

Y eso es porque nadie te dijo que el de las imágenes no eres tú.

¿Cuántas veces te sorprendes al día repasando imágenes en tu mente?.

De esa manera sigues sosteniendo tu falso mundo, en el que tu identidad va incluída. 

¿Porque no eliges ver el momento presente, en este instante, ahora?

Detente, y vive este momento, sin prisas, dejando de sostener quien crees que eres. 

La maldad y el odio

La maldad y el odio

La maldad es todo aquello que te separa del amor que eres.

Mientras sigas viendo maldad en el mundo, verás maldad en ti, pues el mundo que ves está en tu mente.

Tus creencias acerca de lo bueno y lo malo son impedimentos para reconocer quién eres.

Porque justifican tus pensamientos dementes de odio.

Inventaste la locura de estar separado de la fuente, y te concibes estando en un cuerpo.

Y para defender esa locura es necesario odiar, de no hacerlo amarías tanto que acabarías reconociendo a los demás como parte de ti mismo.

Y te fundirías con ellos, y reconocerías quién eres.

El odio te protege de esa posibilidad, bajo todos sus aspectos: crítica, rechazo, resentimiento, disgusto...

Y así te mantienes bajo la ilusión de estar separado, y de estar en un cuerpo.

La búsqueda del amor : preludio

La búsqueda del amor : preludio

Este mundo está regido por el amor.

Has creído estar carente de él, y por eso lo has anhelado en una u otra forma.

Desde tu infancia te han enseñado a desvincularte de su fuente, y has aprendido muy bien.

Has sido burlado por la ilusión de un mundo demente y caótico.

Y has creído que el amor es algo que se puede dar, o recibir.

Algunos han creído que su presencia se manifiesta en forma de emociones.

Otros creen que es un atributo biológico-químico con uso reproductivo.

Otros ven más allá de lo terrenal, y lo divinizan.

Tu separación de la fuente del amor es producto de tus creencias erróneas.

No existe una separación real entre el amor y tú.

Puedes creer que existe una separación y limitar así su presencia, pero no puedes anularla.

Mientras sigas creyendo saber lo que es el amor, no aprenderás lo que es.

 

Creación del Blog: Ilusiones

Creación del Blog: Ilusiones

Este blog empieza una mañana bañada de inspiración, con ganas de iluminarte con mi verdadera luz y revelarte tus ilusiones.

Esto empieza así:

El mundo que ves, no es el mundo real.

El mundo real no se parece en nada a lo que te imaginas.

Tu mente puede crear mundos, y eso te impide ver el mundo tal como es.

Tu percepción del mundo es de por sí un filtro basado en tu sistema de creencias.

Estás manteniendo una arquitectura de pensamientos y crees que eso es la realidad.

Tus pensamientos acerca de ti mismo te impiden saber quién eres realmente.

Crees que lo que piensas de ti y del mundo está basado en la realidad, pero no es así.

¿Quieres descubrir quién eres realmente?

¿Quieres ver el mundo tal como es?